lunes, 11 de octubre de 2010

Estoy enojado.... y lo peor de todo es que sé muy bien la razón...

Una de las cosas que me da coraje y que hace que se me revuelva el estómago... es ver como hay personas que se creen tan... pero tan especiales... y... otras cosas más... que se sienten con el derecho de menospreciar y aun denigrar a otros sobre los cuales se sienten superiores.

Si es por cuestión de orgullo, no se dan cuenta que ese mismo orgullo los hace verse despreciables y que resultan siendo peores que las personas que ellos se sienten con el derecho de denigrar.

Una de las frases que más me gusta es aquella del poema DISHIDERATA, que dice: NUNCA TE COMPARES CON NADIE PORQUE SIEMPRE HABRÁ PERSONAS MEJORES O PEORES QUE TU. Esto siempre me ha ayudado a ver a las personas tal y como son y aceptarlas y quererlas (y por qué no decir amarlas) más por sus defectos que por sus virtudes..... aunque sí he de ser sincero, me cuesta amar a aquellas que, creyéndose "especiales", menosprecian a los demás, tan solo porque los consideran diferentes a ellos.

Agradezco a aquellas personas que me aprecian tal y como soy, con todos los defectos que tengo... y con mis virtudes (si es que en realidad tengo alguna), que me aprecian sin importar el color de piel, sin importar la edad que pueda tener, sin importar que a alguien le pueda parecer feo o hasta repulsivo. Sé quién soy y cómo soy y la vida me ha enseñado a aceptarme tal como soy. Si a alguien no le parece como soy.... lo lamento.... bien puede dar la media vuelta y alejarse sin siquiera decir adiós. Que al final de cuentas no vale la pena contar con amigos como tal.


By ARNOLDO ESTUARDO DUBON

domingo, 3 de octubre de 2010

JESUS EL PROFETA Y LOS ACTUALES PROFETAS (LOS QUE HE CONOCIDO)

El profeta es un ser humano que presenta o se presenta con un mensaje que ha recibido directamente por inspiración divina sin mediación institucional. Este tiene algunas experiencias privadas con Dios que en ciertos casos se presenta en forma de visiones, como en el caso de Ezequiel.

El profeta es un hombre que por señales o cálculos hechos previamente, conjetura y predice acontecimientos futuros. Es un hombre que habla nombre y por inspiración de Dios.[1]

Para Platón los o las profetas eran las pitonisas[2] del templo de Apolo[3] en Delfos, quienes pronunciaban estando en éxtasis[4] oráculos[5] rodeados de misterio y de difícil interpretación.

La visión o mensaje que recibe el profeta tiene que ser llevado al pueblo, transmitiéndolo en forma verbal, dramatizada o como el medio de comunicación lo permita. Es hasta entonces que termina la labor del profeta, no hay seguimiento, solo transmisión del mensaje.

Algunos profetas bíblicos realizaron una labor crítico social, entre ellos esta Amos, Oseas y Jeremías. En los casos de Elías y Eliseo, estos se caracterizaron más por sus acciones que por sus mensajes. Isaías y Jeremías se caracterizaron por sus mensajes de juicio.

Jesús muestra la conciencia de ser enviado por Dios, típica característica de un profeta. Los judíos decían: ¿Quién eres tú? Jesús les contestó: A pesar de que fue con ustedes con quienes empecé a hablar, tengo muchas cosas que decir y juzgar respecto a ustedes, pero el que me ha enviado es verdadero, y las cosas que yo he escuchado de Él, son las que hablo en el mundo.[6]

Al reunirse Jesús con sus discípulos les pregunta que quien dice la gente que es el, y estos le contestan que dicen que es Juan el Bautista[7], Elías y otros que es alguno de los profetas.[8]

A pesar que algunos consideraban a Jesús como un comilón y bebedor de vino (embriagante), por pasar tiempo compartiendo con la gente y por recibir todas las invitaciones que le hacían. Pero Jesús aprovechaba estas oportunidades para dejar su mensaje sutilmente que en algunos casos penetraba como miel y atacaba por dentro al incauto[9].

El mensaje profético de Jesús fue sencillo, las buenas nuevas de Dios. Mencionando que el Reino de Dios ha llegado, pidiendo arrepentimiento y que crean en el evangelio.[10] Otras señales que le designan como profeta son las sanidades y milagros; algunos oráculos de juicio, sobre las ciudades de Corazín, Betsaida y Cafarnaúm; la acusación contra Jerusalén ciudad que mata profetas y apedrea a los enviados; la predicción de la destrucción del templo.

Hoy en día algunas personas se autodenominan profetas; conozco una persona que sueña ser como monseñor Romero quien denunció las injusticias sociales en nuestro país y términos asesinado, la pregunta es si es de esta forma que quiere morir este; al final de cuentas es una persona que pierde credibilidad con su denuncia de mala distribución de riquezas en el país cuando vemos el imperio personal que ha construido, con las riquezas no distribuidas de su iglesia, dinero de los feligreses, que en muchas oportunidades han dejado de comer por llevar el dinero a las arcas de estas iglesias. Y digo de estas porque es el patron de muchas iglesias en nuestro país.

¿Serán profetas estos que les interesa su propio bienestar?, ¿Serán profetas estos que solo mensajes de prosperidad le transmiten a la gente y no denuncian el pecado ni invitan al arrepentimiento, con tal de que no se les vaya el dinero, perdón, los asistentes de sus iglesias? ¿Serán profetas estos que le transmiten una palabra a la gente que no se cumple, ni en el tiempo que ellos han estipulado, ni al transcurrir los años, culpando a la misma gente por el incumplimiento?

Me preocupa esta situación porque también he sido victima de estos “piricuacos”, como decía alguien por allí, que están jugando con las necesidades y sentimientos de las personas que lo único que desean es poder salir adelante en este país que cada día va de mal en peor. Denunciemos a estos falsos profetas para que no sigan engañando mas gente; pero no creas que estos están solo en los mega templos, también están dentro de las iglesias pequeñas y algunos alrededor nuestro.

¡QUE EL ETERNO NOS AYUDE!


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[1] Diccionario de La Real Academia Española.

[2] “Adivinadora. Sacerdotisa de Apolo, que daba los oráculos en el templo de Delfos sentada en el trípode. Encantadora, hechicera”. RAE.

[3] “el mas griego de los dioses” .Diccionario Akal de historia del Mundo antiguo, Graham Speake, Pag. 32.

[4] “Estado del alma enteramente embargada por un sentimiento de admiración, alegría, etc. Estado del alma caracterizado por cierta unión mística con Dios mediante la contemplación y el amor, y por la suspensión del ejercicio de los sentidos”. RAE.

[5] Respuesta que da Dios o por sí o por sus ministros. Contestación que las pitonisas y sacerdotes de la gentilidad pronunciaban como dada por los dioses a las consultas que ante sus ídolos se hacían. Persona a quien todos escuchan con respeto y veneración por su mucha sabiduría y doctrina. RAE.

[6] Juan 8:25-26, Biblia Peshita.

[7] Era considerado por Jesús como profeta. Juan menciona que vendrá uno mayor que él quien los bautizara con el Espíritu Santo y fuego, Mateo 3:11, Ibíd.

[8] Marcos 8:27-28, Ibíd.

[9] Que no tiene cautela. Ingenuo, cándido, que no tiene malicia. RAE.

¿CACHIPORRISTAS?

Mujeres que encabezan los desfiles patrios es una tradición relativamente nueva, que surge aproximadamente 40 años atrás, en los 60s, cuando la belleza femenina comenzó a resaltar muy disimuladamente en los festejos; la moda de estas era sacos manga larga, sombreros de marinero, gorros altos, pantalones, faldas hasta la rodilla, zapatillas y botines, luego, fueron subiendo el ruedo hasta llegar a las minifaldas que se usan hoy. ¡Las cachiporristas!.

José Ángel Cañas, técnico de planificación cultural de CONCULTURA, comentó para un periódico local que entre los años 60s y mediados del 70s los dueños del desfile eran los “cachiporristos” (hombres), no sólo por la impecable elegancia de sus atuendos, sino por la habilidad con que manejaban las cachiporras (bastones).[1]

Tradicionalmente, los Institutos y colegios participantes, se lucían por presentar a los mejores “cachiporros” que, aunque no enseñaban piernas, daban una lección de elegancia.

La idea de incluir cachiporristas llegó a El Salvador en los 60s, cuando vinieron las famosas bastoneras de Nueva York, unas hermosas mujeres que daban su espectáculo enseñando las piernas y con una gran habilidad para bailar al compás de las cachiporras. Es entonces cuando la belleza femenina desplaza la destreza masculina.

En Estados Unidos de igual manera en algunas instituciones educativas fueron los porristas quienes iniciaron este deporte, luego fueron ingresando las féminas hasta llegar a casi desplazar a los hombres. Actualmente en los colegios y universidades existe un máximo del 25 por ciento de hombres participando como porristas. Sus vestimentas fueron decorosas al principio y luego se tornaron ajustadas y provocativas, en el caso de las mujeres.

También surgen en este país, muy admirado por muchos salvadoreños y salvadoreñas, las famosas animadoras de los equipos de football americano y de baloncesto, las “cheerleaders”, con sus atuendos y coreografías provocativas, que de alguna manera también han influenciado la vestimenta de las cachiporristas de nuestro país. Y que nos encanta ver no importando nuestra ideología o pensamiento religioso o filosófico.

Resulta que existiendo tanto problema dentro de nuestra sociedad salvadoreña, hoy por hoy surgieron las personas representantes del Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer (ISDEMU), haciendo la petición al Ministerio de Educación (MINED) de ¡Ya no más porristas!. La petición es enfática: que no haya más adolescentes femeninas encabezando los desfiles cívicos de las escuelas públicas durante los actos patrios, al menos vestidas como cachiporristas.[2] Ya que estas, están siendo vistas como objetos sexuales, están siendo acosadas y en algunos casos prostituidas.


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[1] Articulo en www.laprenssagrafica.com

[2] La Prensa Grafica, edición 28 Julio 2010.

ORGULLOSAMENTE HUMILDE

He tenido la oportunidad de encontrarme con personas que ellas mismas se vanaglorian por lo que ellos se creen, por lo que han alcanzado, por el lugar donde actualmente se encuentran, están humildemente orgullosos de estar donde están. Lo grandioso es que también se hacen llamar cristianos y algunos hasta líderes, de los mejores, dicen ser.

Uno de los principios que fortalece el liderazgo es la humildad. Me sorprendió cuando leí en un libro de John Haggai[1] que la humildad o mansedumbre, es el estado de ánimo del amor. Es la actitud que prevalece en el amor en el espíritu y en la disposición.

Cuanta falta hace este principio hoy en día en algunos de nuestros líderes cristianos, porque si fuéramos humildes tuviéramos la capacidad de poder ser libres del orgullo y de la arrogancia. Nos podríamos someter a otros, les ayudaríamos y podríamos ser corteses. No nos consideraríamos autosuficientes. Y podríamos reconocer que todo lo que obtenemos es por pura gracia y misericordia del Eterno.

Tengo que confesar que en esos “algunos” me tengo que incluir, porque he estado bien lejano de ser humilde. Obviamente nos encontramos en la escuela del Señor y El esta trabajando en pulirnos esta área.

La persona humilde no se ofende, ni trata de vengarse, pone la otra mejilla; esta dispuesta a ocupar un lugar mas bajo del que merecemos; callar por algún merito otorgado o no; soporta los desprecios e insultos, falsas acusaciones. El mayor ejemplo de humildad lo encontramos en Jesucristo.

Jesucristo le da vida, vitalidad y gloria al término de humildad. A través de sus enseñanzas y ejemplo nos muestra la humildad. Nunca busco los primeros asientos; no pidió el mejor hotel; no dijo que menú quería que le sirvieran; no pidió que le entregaran la llave de la ciudad, ni dijo que era amigo del presidente; no pidió una cuadrilla de escoltas para que lo protegieran en sus visitas. Jesucristo llego a los suyos en humildad.

Porque nos cuesta a nosotros imitar su ejemplo. Tuve la oportunidad de ver como algunos de nuestros líderes cristianos se pelearon hasta por una silla. Vi el desprecio por la comida que un empresario ofreció por la visita de uno de esos showman de la televisión. Me indigna ver como algunos “grandes” líderes mandan a apartar los primeros asientos y si no les sientan en las primeras filas o las mejores mesas no se quedan a las reuniones. Muy buena muestra de humildad nos dan estos. Hasta tienen el descaro de decir que son imitadores de Jesús, algunos ya ni discípulos dicen ser, sino, amigos de Jesús.


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[1] John Haggai, Liderazgo que perdura en un mundo que cambia, pág. 77.

Marcos 10:42-45: 42 Así que Jesús los llamó y les dijo: —Como ustedes saben, los que se consideran jefes de las *naciones oprimen a los súbditos, y los altos oficiales abusan de su autoridad.43 Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que quiera hacerse grande entre ustedes deberá ser su servidor,44 y el que quiera ser el primero deberá ser *esclavo de todos.45 Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su *vida en rescate por muchos. (NVI).

Jesús muestra a sus discípulos el liderazgo de los gobernantes de su época, enseñándoles que entre ellos no pueden ejercer ese mismo modelo, sino que el de servicio, y el mayor de ellos será el que más serviazgo presente, el que se presente como el esclavo de los demás.

Nos cuesta asimilar la palabra esclavo, pero el mayor servidor es el que se vuelve el sirviente de otros o de todos.

Este modelo presentado por Jesús es dado solo por aquellos que están preparados para realizarlo. No todos quieren pagar este precio.

Pero hoy en día hay escasez de líderes comprometidos con el evangelio y con el mensaje de La Biblia. Siguen surgiendo líderes de influencia negativa, lo triste es que muchas personas les admiran.

Mucha gente está cansada de escuchar desde los pulpitos lo mismo que se lee en los periódicos y ve en los noticieros. Están cansados de escuchar los problemas personales del predicador. Quieren escuchar cómo resolver sus problemas. Desean escuchar el mensaje del Dios justo, liberador y misericordioso, la buena nueva de salvación.

Si algunos dirigentes eclesiales de hoy en día no son líderes que estén influenciando positivamente a la sociedad, tendríamos que plantearnos qué tipo de liderazgo necesita nuestra sociedad.

El liderazgo consiste en la disciplina que deliberadamente ejerce su influencia especial dentro de un grupo determinado a fin de avanzar hacia unas metas concretas de permanencia beneficiosa lo cual permite suplir o cubrir las verdaderas necesidades del grupo.

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